opinión septimo sello

Séptimo Sello

Agustín Mazón Barrera

 

Por naturaleza los seres humanos somos dados a burlarnos y hacer escarnio, sobre determinada situación, de nuestros congéneres; incluso de sus defectos físicos, cuando la naturaleza no ha sido tan pródiga con ellos.

Por eso no es raro que en estos momentos, cuando en el escenario político se desarrolla la transición hacia un nuevo gobierno municipal, haya quien se burle de quienes podrían llegar a ser ex trabajadores municipales con expresiones como “menos días”, en lugar del clásico buenos días, entre otras.

Y aunque se diga en tono de broma, el aludido lo siente en el alma, porque hacen referencia a su desgracia personal, pues está a punto de perder su empleo, que era de donde obtenía el sustento diario para su familia.

De por sí la administración municipal saliente no se caracterizó por haber pagado los mejores sueldos que sus antecesores y ni siquiera a los que maneja la Iniciativa Privada.

A pesar de eso representaba un ingreso seguro quincenalmente, que ahora quienes sean despedidos no obtendrán, y habrán de sufrir las inclemencias de la situación económica por la que atravesamos todos los mexicanos, hasta cuando consigan otros empleos, que escasean en estos tiempos.

Claro, nos referimos a los trabajadores, aquellos que no ocuparon un puesto a nivel medio, cuando menos, y que se encargaban de la talacha en todas las áreas, como secretarias y auxiliares y los conocidos como IBM.

De ninguna manera estamos hablando de los jefes de departamento, directores y secretarios, porque esos son más canijos que bonitos, pues por fuera tienen su empleo seguro, que nunca dejaron mientras laboraban en la administración municipal, así que no tienen por qué preocuparse, como se dice comúnmente “una vela se les apaga la otra les queda prendida”.

Menos hacemos referencia a los integrantes del cabildo, síndicos y regidores, quienes no perderán un empleo que nunca tuvieron ni desempeñaron y más bien se caracterizaron por haraganes y protagonistas.

En el Ayuntamiento cobraron su jugoso salario, sin dejar sus actividades seglares, así que esos se van sin ninguna preocupación.

Mientras los trabajadores comunes que están en riesgo de perder su fuente de empleo, están tronándose los dedos, para que no sean uno de los despedidos.

Sin embargo, debieron estar conscientes de que esto era una aventura más y no aferrarse como a una tabla de salvación. Esto se acabó y hay que seguirle luchando en otro lugar.

Pero que esto no sea motivo de burla.

Ahora un poco de humor médico:

Informe:

Estimado señor Cuevas

Tenemos buenas noticias para usted, la mancha rosada del pene no era gangrena, sino lápiz labial.


Atentamente:
El Equipo de Patología

P.D.: Lamentamos la amputación…

Y como final feliz para media semana:

Un hipocondríaco va al médico y le pregunta:

· Doctor, mi mujer me traicionó hace una semana y aún no me han salido los cuernos. ¿Será falta de calcio?

agusnews@hotmail.com