Opinión

REVOLUCIÓN EDUCATIVA EN GUERRERO

Arturo Suástegui H. Maestrante Maestría-Doctorado en Ciencias de la Educación Universidad Hipócrates, Acapulco, Guerrero.


La expectativa de lo que sucederá en Guerrero  en el presente año  crece en el estado. Estamos ante un cambio sustancial de fondo en el marco conceptual del estado, se puede visionar una reingeniería, una revolución total en el sistema educativo del estado y del país y no solo un cambio o mejoramiento de la calidad de los procesos del mismo.

Sin embargo habrá que tener mesura pues hay muchas voces que se oponen a la transformación de la educación en el estado, muchas voces que no están de acuerdo con la descentralización y desconcentración del poder central del sistema educativo, muchas voces que se oponen a la gestión educativa pues no están de acuerdo en que los elementos  internos y externos del sistema educativo tomen el liderazgo participando en la toma de decisiones, que gestionen en equipo y mucho menos en Hacer Escuela.

Las mismas voces que están en contra de ser censadas en una base de datos en un sistema de información, el cual sea accesible a toda la población pues temen ser descubiertas en labores ajenas a la educación.

Las mismas voces que toman calles, carreteras, e instalaciones por temor a la reforma educativa pues le temen a la EVALUACIÓN EDUCATIVA.

Quien hoy pretenda decir que la evaluación educativa es contraria a la procuración de cumplir con los fines educativos de un proceso o sistema educativo, es caer en el pensamiento retrógrada que obstaculiza el desarrollo y no permita la consolidación de la educación.

Es claro que se requiere que los maestros le tomemos un sentido de superación en la vida profesional que nosotros mismos elegimos. Es decir, que sea la evaluación  la oportunidad de mejorar nuestro propio desempeño. Al final, somos los maestros los constructores de una mejor sociedad. Sobre nuestras manos descansa consolidar la formación de las nuevas generaciones de guerrerenses, a lo que es válido cuestionar ¿qué tipo de estado es el que queremos heredar a nuestros hijos?

La cultura del conformismo, de lo que coloquialmente llamamos “la hueva”, del mejor quietecitos que estar dinámicos… es mucho de lo que caracteriza a lo podríamos llamar la cultura docente imperante en nuestro sistema educativo.

Tener una posición más proactiva a favor de la educación que conlleva a la aceptación de los cambios que viene y que son necesarios, tampoco significa renunciar a los derechos laborales. Hay reglas que sabidas su correcta aplicación, fundamentadas y motivadas a las situaciones específicas son esenciales para que no se atente contra lo que a derecho corresponde. Ahí tenemos los principios de la no retroactividad de la ley y el principio laboral que afirma que “la costumbre se convierte en ley”. No es intención de este análisis el explicar con detalle el efecto de los anteriores preceptos jurídicos en el campo laboral del magisterio.

Lo que sí es cierto son dos cosas: (1) la ley si protege al trabajador de arbitrariedades en la aplicación de la misma, y (2) hay que cambiar la actitud  imperante en la cultura docente conformista.

La primera se resuelve con una buena asesoría jurídica. La segunda… depende de los maestros, pero si no tiene ninguna intención por asumir otro compromiso, que dejen el camino abierto a los que si quieren trabajar a favor de una mejor sociedad.

Lo que es un hecho es que la revolución educativa en el estado de guerrero llegará y dependerá de cada maestro adaptarse y evolucionar a los nuevos cambios que vendrán. Aquellos que no logren adaptarse y evolucionar tendrán que dejar su puesto a las nuevas generaciones de maestros con hambre de contribuir al desarrollo integral de su comunidad y ser agentes de cambio en los centros educativos en el estado de Guerrero.