policiaca

Confirma la versión, declaración del líder de GU…

Sí venían ‘Rojos’ ‘infiltrados’ con los normalistas

* Su consigna era matar a “Los Tilos”; pero fueron capturados, torturados, confesados y ejecutados

* Luego los quemaron y sus cenizas las tiraron al río, donde hoy federales buscan a los 43 desaparecidos

 

Agencias

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SIDRONIO CASARRUBIAS SALGADO, líder de Guerreros Unidos, confirmó la versión de que entre los estudiantes de Ayotzinapa venían infiltrados sicarios de Los Rojos, quienes traían la consigna de matar a los hermanos Benítez Palacios, conocidos como “Los Tilos”…

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De acuerdo con la declaración del jefe de los GU, recluido en el Penal del Altiplano, los sicarios de Los Rojos llegaron a Iguala a bordo de camionetas Urvan’s, en las cuales participaron en el tiroteo la noche del 26 de septiembre…

 

De acuerdo con las declaraciones del líder del grupo criminal Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias Salgado, mismas que obran en la causa penal 100/2014 del Juzgado Primero de Distrito de Matamoros, se confirma el rumor que corrió apenas unas horas después de ocurridos los hechos violentos en Iguala, el cual refiere a la presencia de un grupo de sicarios identificados con la organización denominada “Los Rojos”, quienes, infiltrados con los estudiantes normalistas, traían como principal objetivo matar a los hermanos Benítez Palacios, mejor conocidos como “Los Tilos”, con el fin de apoderarse de la plaza en Iguala. No obstante, los de casa lograron la captura de 17 de esos presuntos sicarios infiltrados, a los cuales habrían torturado, confesado y ejecutado, para luego incinerarlos y sus cenizas tirarlas al río en Cocula, donde se desvanece la posibilidad del hallazgo de los estudiantes normalistas desaparecidos desde esa fecha (27 de septiembre).

Aquí, parte del relato del jefe de los GU, Sidronio Casarrubias Salgado, ya recluido en el Penal del Altiplano, extraído de su declaración ante el juez de la causa:

Entre la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27, desaparecieron 43 normalistas en Iguala, pero también 17 presuntos sicarios de la organización criminal de Los Rojos, que acompañaban a los estudiantes y que, según el expediente del caso, fueron torturados, ejecutados, calcinados y sus cenizas tiradas a un río, probablemente en Cocula.

Lo anterior se desprende de la declaración del líder de la organización Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias Salgado, quien detalló que los sicarios de Los Rojos se desplazaban esa noche en camionetas Urvan’s y llevaban armas largas y cortas en los dos autobuses que los normalistas robaron al llegar a Iguala.

Los “infiltrados” con los estudiantes eran miembros de la célula de Santiago Nazari Hernández “El Carrete”, sobrino del diputado petista Alfonso Miranda Gallegos, y el objetivo de este grupo era asesinar al clan de los Benítez Palacio, encabezado por Víctor Hugo Benítez “El Tilo”, jefe de plaza de Guerreros Unidos en Iguala.

De acuerdo con la causa penal 100/2014 del Juzgado Primero de Distrito de Matamoros, Los Rojos supuestamente pagaron 300 mil dólares para que no interfiriera la Fiscalía de Justicia y la Secretaría de Seguridad Pública estatales en el “asalto” de la plaza.

El líder de los Guerreros Unidos afirma que el Comandante Francisco Salgado Valladares, de la Municipal de Iguala, fue detenido y luego dejado en libertad por las autoridades estatales, huyendo junto con el narcotraficante conocido como “El Gil”, a un paraje de la Sierra de Guerrero.

La PGR ha informado que a las 18:00 horas del 26 de septiembre los estudiantes tomaron dos autobuses en Ayotzinapa y llegaron tres horas más tarde a Iguala, donde se apropiaron de otros dos camiones.

El jefe de los Guerreros Unidos narró que desde las 3:00 de la mañana del mismo día (27) su lugarteniente ‘El Gil’ le escribió por mensajería instantánea de Blackberry que “está la fiesta en grande, ya que se habían metido Los Rojos y que llevaban varias horas ya peleando, al rato te dejo saber más detalles”.

No menciona detalles del sitio donde ocurrían los enfrentamientos y Casarrubias no vuelve a saber de “El Gil” hasta las 14:00 horas, en que le dice que ya tenían detenidos a 17 de Los Rojos. La hora no coincide con la cronología oficial de los acontecimientos.

Según el testimonio de Casarrubias, en Ayotzinapa su organización supuestamente ya había detenido a los primeros “infiltrados” de Los Rojos, aunque no menciona cuántos, y habían “levantado” y matado a otros tres en Chilpancingo.

Cuando los estudiantes llegaron a Iguala, hubo un incidente frente de un lavado de autos, donde resultó herida una empleada. La PGR dijo la semana pasada que tenía una línea de investigación por estos hechos.

Sobre este ataque, Casarrubias refiere que los infiltrados fueron en busca de los hermanos Benítez Palacios, operadores de los Guerreros Unidos en ese municipio y en Cocula, Taxco y Huitzuco.

“La consigna (de Los Rojos) era la de matar a los hermanos Benítez Palacios, ya que la primer balacera se dio en el auto lavado llamado “Los Peques”. Ahí Los Rojos infiltrados se roban tres taxis que son propiedad de los hermanos Benítez Palacios, logrando llegar hasta el domicilio de estos hermanos, quienes al llegar a la casa los hermanos Benítez Palacios repelen la agresión, saliendo herida la persona encargada de hacer la limpieza en ese domicilio”, declaró el presunto mando criminal.

“(Después de) ese evento (los Guerreros Unidos) habían recuperado algunas armas largas de calibre 9 milímetros, y en los autobuses también habían asegurado armas largas HK y varias armas cortas. Para esto los infiltrados llegaron en camionetas Urvan’s utilizadas para el transporte y en Iguala perpetraron el robo de autobuses de la línea Estrella de Oro.

“Para esto, cuando estas personas llegan, ya traían tres cuerpos de hombres que habían levantado en Chilpancingo, cuerpos que tiran en la terminal, ésto con la intención de calentar la plaza. En esa misma conversación, ‘El Gil’ me dice que los 17 Rojos ya se habían ido al agua, o sea, que ya los quemaron y que las cenizas las tiraron al agua. Yo me imagino que es el Río Cocula”, contó.

En toda la persecución y refriegas, en la que fueron apoyados por municipales de Iguala y Cocula, los Guerreros Unidos sólo tuvieron tres bajas.

“El Gil” interrogó a los 17 miembros de la célula de Santiago Nazari “El Carrete” y, según Casarrubias, le confesaron haber pagado 300 mil dólares para que los titulares de la Fiscalía de Guerrero y la Secretaría de Seguridad Pública estatales, Iñaki Blanco y Leonardo Octavio Vázquez, les dejaran hacer el “operativo” contra los Guerreros Unidos en Iguala.

Incluso refiere que hubo complicidad del director de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, a quien no identifica por su nombre, para que permitiera que Los Rojos se infiltraran en los autobuses con los estudiantes.

Sidronio Casarrubias, siempre refiriendo a lo que “El Gil” le escribía por Blackberry, dijo que el Comandante Francisco Salgado Valladares fue detenido, pero logró escapar aprovechando que el Fiscal de Guerrero se retiró de Iguala, cuando escuchó que venían policías comunitarios.

“De un número telefónico me andaba buscando Gil, quien me dice que ‘me voy a enmontar’ y que se llevaría con él a Francisco Salgado Valladares y que se iría rumbo a Cocula, a las cascadas. Es una zona turística y que de ahí subiría a la Sierra de Cocula. Por ahí sale a Tianquizolco, esta es una meseta que le llaman Veinte Pueblos”, concluye el capo hoy preso en el Penal del Altiplano.