Tribuna Pública

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Francisco Javier Copeño Castro


Cuando le brindas tu apoyo a alguien a quien antes se lo negabas y dices maravillas de él, seguramente lo haces porque piensas que representa una inversión a futuro para tus intereses;  y cuando apoyas a alguien y después dices pestes, simplemente la inversión que hiciste no resultó como lo esperabas. Y más aún, cuando tienes recursos económicos que has logrado a base de inversiones en la política, lógicamente siempre estás viendo con quién harás la próxima inversión. Pocos, muy pocos brindan apoyo por convicción y pensando en un mejor país, estado u municipio, es decir en el interés colectivo; la gran mayoría piensa en un interés personal, tratando de llegar, para colocar en el servicio público a familiares, amigos y compadres, para luego dejarlos en la nómina de posteriores administraciones, incluso basificándolos, asegurándoles un futuro económico y salario seguro, aunque no sirvan para nada. A veces nos causan risa las declaraciones de algunos ex regidores, que dicen ser de izquierda y hacen alusión a su convicción de lucha por los más pobres; de aquellos que buscan la equidad social y se rasgan las vestiduras diciendo que defienden las causas del pueblo sufrido que tenemos en todo nuestro territorio nacional, pero que no le dicen al grueso de la población que utilizaron su coyuntura política y circunstancias, para beneficiar a sus familiares. Esos, también buscarán cargos públicos y se les habrá de hacer saber en su momento, que esa clase de gente es nefasta y  cancerígena para la sociedad deseosa de mejores oportunidades de trabajo pero, para la gente pobre y no para ellos y sus familiares que como sanguijuelas sangran al erario público, valiéndoles madre que haya necesidades apremiantes en beneficio de las mayorías. Esos que se dice de izquierda y con las características anteriores son los más peligrosos, por lo hipócritas que son. Pero dice un dicho y dice bien, lo que siembras cosecharás. Nos vemos en las próximas elecciones, en la que por cierto muchos suspirantes aunque lo nieguen, andan en plena campaña fuera de los tiempos permitidos, pero como en México todo se puede, las Leyes electorales se las pasan por arco del triunfo, si alguien lo duda solo basta echarle un ojito al ámbito nacional y sabrán porque decimos lo anterior. Por cierto, quienes representan un peligro para nuestro país, nunca dejaran de lado la intolerancia a la crítica, porque es su idiosincrasia natural, el sostener que si no lo apoyas estás contra él y formas parte de la sociedad ciega, sumisa y cómplice; pero, esa es una forma de manipulación de la que tanto criticas; ahora resulta que solo eres inteligente, patriota, si luchas en contra de lo que ellos digan. Al parecer la democracia en nuestro país solo existe si los apoyas, si obedeces al píe de la letra sus opiniones y aceptas decir sí a todo lo que propongan de lo contrario, simplemente eres su enemigo por estar contra ellos. Vaya forma de concebir la libertad de pensamiento en su muy personal punto de vista... Y bueno, ahora resulta que la Contraloría de Gobierno del Estado, manifiesta que podrían comparecer los ex gobernadores Ángel Aguirre Rivero y Rogelio Ortega Jiménez, por el asunto del desvío de recursos en sus respectivos mandatos; no solo deberían comparecer, si no fincarles las responsabilidades correspondientes, porque si se cometió el delito, lógicamente deben ser sancionados. Y de manera ejemplar, para que quede un precedente y quienes están en el poder o vayan a llegar le piensen dos veces antes de cometer esa irregularidad… Por otro lado, déjennos comentarles que nos informan que la guillotina del Ayuntamiento, solo está esperando que le den un poco de filo, porque rodarán más cabezas, pero si es con el fin de empezar a operar políticamente en favor de su partido a través de delegados de colonias y comunidades del municipio, deberán tener cuidado, porque también se incurría en un delito. ¡Aguas! No hagas cosas que parecen buenas, ni malas que parecen buenas, todo se sabe y podrían tener problemas. Que no lo engañen señor presidente, a menos que usted esté de acuerdo. ¡Hasta la próxima y salud!