Abrevando
Por: José Antonio
Lavín
"El
alma es la misma en todas las criaturas vivientes, aunque el cuerpo de cada una
sea diferente": Hipócrates.
El fantasma de la
inseguridad.
El siguiente
entrecomillado: «Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos,
ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven» forma parte del Ensayo sobre la
ceguera. Penetrante obra de Saramago quien la definía como «la
novela que critica y desenmascara una sociedad podrida y desencajada». Novela
psicológica que describe el profundo egoísmo que marca los distintos personajes
en la lucha por la supervivencia, unos; por el poder otros y se convierte en
una parábola de la sociedad actual donde la ceguera física es metáfora de la
ceguera espiritual.
Ante el miedo
generalizado, los de dentro, fruto de la incertidumbre producida por la
ceguera, y los del mundo exterior por el miedo al contagio, hacen que
"triunfen" los personajes más amorales, que se aprovechan de la
desesperación y el pánico generalizados.
En Guerrero los
hechos de violencia son el pan de cada día, algunas ciudades como Arcelia,
Altamirano, Acapulco, Chilpancingo e Iguala, sin querer hacer apología de la
violencia, se parecen cada vez más a los sucesos que padecieron y sufrieron en
la primera década del siglo XXI, las ciudades de Tijuana y Cd.
Juárez, los residentes de esas ciudades aprendieron lo que significa
vivir con la angustia y el temor. En Guerrero, a partir del 2015 la
criminalidad y la bestialidad de los grupos del crimen organizado se han
enseñorearon en nuestras ciudades, se han adueñado poco a poco de las calles y
de nuestras vidas, obligándonos a cerrar negocios y a encerrarnos en nuestras
casas. En la sierra de Guerrero estos grupos han ocasionado el desplazamiento
de cientos de familias, en este 2018 los fronterizos han empezado a volver a
ver síntomas y signos que los alertan de un eventual regreso de esos aciagos
tiempos, los ciudadanos no quisieran que volvieran pero que están ahí
amenazantes, despiadados, agazapados. En Iguala, estamos entrando a esa
encrucijada, por lo demás, no es inédito.
Muchos ciudadanos no
queremos reaccionar, tenemos miedo o padecemos por miedo a la incapacidad para
interpretar los acontecimientos, esa extraña ceguera del hombre ha tomado en la
literatura la forma de metáfora. En esta novela el autor enfoca, desde su
perspectiva, la desconcertante realidad del mal: “El hombre es malo por
naturaleza, el hombre es cruel, despiadado y brutalmente egoísta por naturaleza
ante situaciones extremas”; esto lo interpreta el autor como una ceguera. En la
novela, la enfermedad repentina se va extendiendo y aniquilando la convivencia
social.
En grandes regiones
del país, principalmente en Guerrero al contrario de la novela
de Saramago, no vemos ni un resquicio de esperanza; en la
novela una mujer no ciega, que ha fingido estarlo les sirve de guía a sus
compañeros. Aquí lamentablemente el mal es la inconciencia. Aunque dijeran algunos
sociólogos, aún hay lugar para la solidaridad. Como quiera que sea, los hombres
malos son incapaces de discernir, de distinguir aquello que favorece
la vida, de aquello que lleva a la muerte. Una especie de locura generalizada.
La obra denuncia la
falta de sabiduría en el comportamiento humano en situaciones adversas. ¿No
será esa nuestra situación? ¿No estaremos ciegos? El panorama que tenemos
delante, no nos deja escapatoria. Hay mucho de bueno, son mayoría los que, en
medio de la crisis, de las dudas y la adversidad, siguen fieles a los
principios éticos; pero la virulencia del mal es innegable. No solo en nuestra
ciudad y nuestro estado, en realidad, el mal nos rebasa y es tan
amplio como la geografía y tan hondo como el corazón del hombre. En esta
coyuntura los buenos, que somos mayoría, estamos desarmados y tenemos
principios morales, es decir estamos atrapados en un campo de alta
tensión, y estamos poniendo los muertos. Los malos son los menos, están armados
y sin ningún valor moral. Así las cosas.
Algo Más…
Es inevitable la
referencia. Casi obligada diría yo. Sobre todo cuando hay decenas de rumores
entre comerciantes sobre el regreso de las extorsiones por el cobro de piso.
Aunque también hay
que decirlo, hasta hoy han sido solo rumores, muy extendidos y fuertes, pero
rumores al fin. Tampoco debemos olvidar que la gran mayoría de estos delitos no
se denuncian ante el temor de las represalias, ya sea por parte de los
delincuentes o de la misma autoridad. Entre el 2000 y 2012, en gran parte del país,
incluyendo la propia capital, la ahora CDMX, eran pocos los casos, en los que
quien se armaba de valor iba a las entonces procuradurías de justicia de los
estados a denunciar, cierto fue que muchos terminaban acribillados a tiros. En
algunas ocasiones literalmente saliendo de hacer su denuncia. Era evidente el
contubernio entre agentes del Ministerio Público, policías judiciales y
delincuentes, los mismos encargados de la procuración de justicia les avisaban
de los casos de denuncia.
Si bien es cierto que
hoy las cosas parecen ser distintas en materia de administración y procuración
de justicia, con las recientes Fiscalías General del Estado, no podemos dejar
de considerar que el temor de la sociedad, fundado en hechos y realidades de
otros tiempos, es un poderoso inhibidor de la denuncia ciudadana aunque sean
otras circunstancias, otros actores y otro Gobierno incluso.
CCCLXXXXVII.-
Ninguna propuesta seria respecto a tener un primer cuadro limpio y digno, apto
para ser visitado. Se ve que ninguno de los candidatos se quiere meter con
este tema. El miedo se viriliza; tampoco se habla de conformar una verdadera
Policía, una vez que el famoso Mando Único está muerto, ya que los asaltos a
casas habitación y comercios, los robos a transeúntes y de vehículos están al
alza y sin castigo, al igual que tener una Policía vial (agentes de Tránsito)
que vuelvan a poner orden en el respeto a los señalamientos de ALTO,
que de verdad sirvan para orientar e infraccionar.
Insisto: debemos
exigir que los candidatos a alcaldes se comprometan a reducir el salario al
cuerpo edilicio con un máximo de 10 salarios mínimos diarios; a desaparecer la
partida de apoyo para gestoría social a cada regidor; a suspender el apoyo para
gasolina y pago de tiempo aire a celulares; a reducir a solo dos los asistentes
de cada regidor y que su pago sea bajo el régimen de honorarios; a
transparentar la nómina con su publicación en los estrados de la tesorería
municipal, y que los ahorros sean utilizados para el mantenimiento de carros
recolectores y de los parques y jardines de todo el municipio.
Es hora de decirle a
la clase política: ya basta de derrochar el dinero público.
Sabías que: La
iluminación de la ciudad y otros factores afectan la salud de los árboles de
modo que mueren prematuramente? "También tienen que dormir por la
noche", según Peter Wohlleben, silvicultor alemán.
Hasta la vista.