LLAMADO CIUDADANO

Compañero Comerciante:
Alguna vez me pregunté cómo era la vida de la mayoría de las personas en los tiempos importantes del pasado de mi país. Por ejemplo, durante la Revolución. Ahora podemos ver muy evidente como era; la mayoría vive la historia de noche. Varias veces he escuchado que le tienen miedo a una revolución armada, yo también. Pero viendo las cosas más fríamente, cómo le podemos llamar a los conflictos que ha vivido nuestro país desde el Sexenio de Fox, pasando por el de Calderón y ahora con Peña Nieto. Cierto que guerrilla siempre ha existido, pero los que tenemos un poco de memoria estos últimos años no se parecen en nada comparados con los que se vivían hace unos 20 años al menos: el clima de inseguridad, la crisis, el miedo, y de pasada el saqueo. Antes en mi ciudad se podía salir tranquilamente de paseo, de compras o de fiesta, sin estar sintiendo que algo puede pasar, incluso a altas horas de la noche. Ahora ya no es así, y no sólo eso, en pleno día, a cualquier hora y en cualquier lugar podríamos tener la mala suerte de estar cerca de una “balacera”, ya sea en el mercado o en el centro. No se diga en las colonias. La historia nos está pasando por encima y no nos damos cuenta. La realidad siempre supera la ficción, y la realidad es que somos más frágiles de lo que pensamos. Nadie está exento de ser una estadística más. ¿Y hasta cuándo?, ¿me pregunto yo, hasta que se cansen de hacernos como quieren? O tal vez si tenemos un tope? Estoy seguro del valor de mi pueblo, así como de su nobleza. Siempre hemos demostrado ser un pueblo trabajador y valiente, pero creo que nuestro problema radica en nuestros recursos. Sí, así es, paradójicamente la fortuna que tenemos en recursos naturales nos ha vuelto como niños consentidos, tal como una madre consentidora que todo le da a sus hijos. Así nuestra madre tierra de este mi hermoso país, no se cansa de darnos, son tan vastos y tan variados los recursos de nuestro país que la mayoría de los habitantes de mi patria no tienen una real necesidad de trabajar, y podemos analizar cómo es posible que los estados de la república con más recursos naturales son los más pobres y los que menos recursos naturales tienen se han convertido en los más ricos del país. La respuesta podría ser muy compleja, pero está basada en el hecho de que el pueblo al contar con todo lo necesario para vivir sin trabajar, pues ya no se quiebra la cabeza y se conforma con lo que tiene a la mano, contrastando con los que no lo tienen y no les queda de otra más que poner a trabajar su cerebro y al final terminan ingeniándose soluciones a sus problemas. He aquí el potencial del momento tan importante que estamos viviendo, ya que en situaciones de crisis y de presión es cuando nos vemos obligados a dar lo mejor de nosotros mismos en un marco de superación, pero sobre todo de supervivencia, ya que la situación actual se está volviendo insostenible para la mayoría, y lamentablemente el pronóstico no es para mejorar, sino al contrario, los que piensan que ya tocamos fondo déjenme decirles que, si no hacemos nada, podemos seguir cayendo. A mi país le está pasando simplemente que mientras aguante más le hacen. Es como la canción infantil de los elefantes: “un elefante se columpiaba sobre la tela de una araña, como veían que resistía…”, y así sucesivamente mientras no reviente significa que aguanta. ¿Cuántos elefantes más?, ¿cuántos casos de corrupción?, ¿Cuántos ejecutados?, ¿Cuántos desaparecidos?, ¿Cuántas minas saqueadas?, ¿Cuánto petróleo?, Etc. Etc. Si algo ha demostrado mi pueblo es aguante. Mi patria tiene para dar muchísimo, y es por eso que no la dejan en paz; todo el tiempo intereses extranjeros han tenido las manos metidas en el poder mexicano para controlar nuestros recursos, y en base a la corrupción nuestras autoridades han preferido venderse al mejor postor y no hacerle frente al verdadero problema. El vivir como enemigos nos distrae y nos divide. Ese es el principal logro de nuestro sistema. El llamado a la reflexión es a superar las críticas personales y a pensar que existe algo más allá, que no pensemos que somos mejor ni peor que nuestros semejantes, todos somos humanos y habemos de todo en la villa del señor, pero estoy convencido de que el comerciante por definición es inteligente, ya que a fuerza de lidiar con clientes, proveedores, empleados y gobierno, no nos queda otra que hacernos astutos, listos, persuasivos e intuitivos, desarrollando cualidades intelectuales que nos dan cierta capacidad de razonamiento. La propuesta es a que nos veamos como compañeros de un interés común, y que podamos definir objetivos que nos beneficien a todos, y de esa manera poder unificarnos.
    
ATENTAMENTE TU AMIGO
ING. RAMIRO OCAMPO RODRIGUEZ

CIUDADANO CANSADO DE LO MISMO