Noé Mondragón Norato
Meade: aceptar su
rezago
La pregunta es cómo podría remontar el tercer
lugar en todas las encuestas. Por eso, la visita de ayer a
Guerrero, del candidato presidencial tricolor, José Antonio Meade Kuribreña,
debe leerse en un contexto bien concreto: el de la desesperación. Basta
con asomarse a las vertientes para entender su marcado nerviosismo derivado
del repudio social hacia el PRI y la
configuración de escenarios adelantados, de muchas derrotas electorales
tricolores.
MEADE: EL
SACRIFICABLE.- Por su condición
de “candidato sin partido”, los
grupos políticos tricolores evalúan con frialdad la situación: no habrá forma
de que Meade, le endose la derrota a un partido
político –el PRI- que no es suyo ni ha pertenecido ni militado
en él. Por eso y a diferencia de ex candidato presidencial priísta derrota en
la elección del 2 de julio del 2000, Francisco Labastida
Ochoa, quien aceptó de inmediato y con los primeros resultados electorales
preliminares, que no le favorecían; Meade parece indispuesto a
imitar esa actitud. Pese a que no remonte las encuestas. Por una razón
que aparece muy expuesta: ni el PRI ni Meade, han pactado con AMLO, su
eventual desplazamiento de la presidencia del país. Así como sí lo hizo el
panista, de triste y decepcionante memoria democrática, Vicente
Fox Quezada. De ahí se abre lo demás. 1.- Guerrero es un
foco rojo para el PRI de cara a la próxima elección.
Las dos procesos federales en los que compitió el peje por
la presidencia del país como candidato del PRD –el de 2006 y
el de 2012-, se llevó carro completo en
diputaciones federales y senadurías. Los priístas temen que dicho
escenario se repita en 2018. Y que se extienda aguda y
peligrosamente, a diputaciones locales y alcaldías. Sobre todo, por la
deficiente gobernabilidad y constantes rupturas del Estado de Derecho, en
la administración estatal presidida por Héctor Astudillo. Y por eso se entiende
también, que tanto oportunista y mercenario del PRD se subiera
gustoso, a la ola del Morena. Evalúan que ya tienen
asegurado el gane. 2.- No es casual entonces, la visita
de Meade a Guerrero, a tan solo 12 días de haber iniciado las
campañas electorales. La mayor preocupación es de los candidatos al Senado y a
las diputaciones federales. En la formula al escaño legislativo
senatorial y los nueve distritos saben que la derrota
electoral acecha y está latente. Los comentarios contra ellos en las
redes sociales, han sido en contra, sistemáticamente. No
así en la prensa escrita, televisiva y radiofónica, donde los candidatos
tricolores pagan para promoverse. 3.- A fuerza de aparecer
como bombero de un incendio político de miles de
hectáreas siniestradas, el candidato presidencial del PRI, fracasó en
su visita proselitista por Guerrero. No solo por el nimio auditorio
de “acarreados” que convocó y que son defensores a ultranza del voto
duro tricolor; sino porque repitió la mismas fórmulas discursivas
del pasado. Es decir, la promesa hueca y engañosa. La
retórica simuladora y falaz. La postura mesiánica del “salvador”
de todas las crisis. Peor aún: Meade convocó a “debate semanal” a
todos los candidatos presidenciables, “para que las familias contrasten no
sólo quién tiene los cómos, sino quién le va traer estabilidad a su vida y
quién no. Esa petición favorece a quienes van perdiendo. Y
busca a través de un falso debate, exhibir las debilidades de
los adversarios que llevan la delantera. Así, Meade no solo confirmó que
va rezagado en las encuestas, sino que los candidatos al
Senado y las diputaciones federales, estarían en la senda de perder la
elección por anticipado. Ese es el punto.
HOJEADAS DE
PÁGINAS…Será este jueves cuando el
pleno del Congreso local, decida si avala o rechaza, el
retorno del polémico priísta Marco Antonio Leyva, a la alcaldía de
Chilpancingo. La visita de Meade ayer, pudo favorecer el sí
condicionado. A ver si es cierto.